Estos hechos hay que enmarcarlos dentro de las injusticias, sociales y económicas, derivadas de la estructura del campo andaluz en latifundios.
Esto llevó a que se gestaran, entre los jornaleros de la zona, unos fuertes ideales anarquistas que propugnaban la justicia social y el reparto equitativo de la tierra.
La CNT convocó para el día 8 de enero de 1933 una jornada de insurrección nacional, que resultó un fracaso. Puesto que la noticia no llegó al pueblo, el día 10, los campesinos de Casas Viejas cortaron las redes telefónicas, impidieron el paso de vehículos y rodearon el cuartel de la Guardia Civil.
Al día siguiente, los anarquistas María Silva -la Libertaria-, Manuela Lago y Gallinito izaron la bandera roja y blanca.
En la insurrección, los campesinos dispararon a dos guardia civiles que terminaron muertos pero, una vez restablecida la línea telefónica, llegaron refuerzos de la Guardia Civil.
Después de una serie de detenciones, la Guardia Civil, averiguó la implicacion de la familia Seisdedos, por lo que se dirigieron a la choza de la misma que, finalmente, acabó quemada. Posteriormente se detuvieron a otras personas implicadas. Unas veintiséis personas murieron.
En la actualidad es la Fundación Casas Viejas la que se ocupa del recuerdo de los sucesos allí acaecidos.
El lugar donde acaecieron estos hechos es ocupado en la actualidad por el prestigioso hotel Utopía, ambientado en los años treinta del siglo XX.
Calles y plazas de Benalup
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